06.07.05

IDENTIDADES EN PUERTO MONTT (2ª entrega)

Publicado en Experiencias

Autor/a: Roberto Santana Ulloa

Título original: Imágenes identitarias de la globalización e identidades territoriales emergentes en el sur de Chile
Lugar: CUARTO CONGRESO CHILENO DE ANTROPOLOGIA Universidad de Chile-Santiago
Fecha: 19-23 Noviembre 2001

LA IDENTIDAD CHILOTA INTERPELADA
¿cómo hacer desarrollo y modernidad con la cultura tradicional?

Sobre el plano político, aunque no se explicita abiertamente, la provincia de Chiloé, de la misma manera que lo hace Valdivia desde hace mucho tiempo, podría pretender obtener un día el estatuto de región a parte entera, yendo mas lejos que las visiones del actual gobernador de la provincia, para quien "Chiloé no necesita de una ley para ser región”. Es cierto, pero si Chiloé tiene pretensiones estratégicas sobre los territorios del sur, haciendo de sus títulos históricos un soporte para pretender una implicación y una responsabilidad en cuanto al desarrollo del ámbito patagónico, un poco de autonomía regional no le vendría mal. Recuérdese que antes que empiece el poblamiento por los chilotes de las provincias de Aysen y Magallanes, fue de Chiloé que partieron las expediciones de “reconocimiento” de la Patagonia, fue Chiloé que tuvo a su cargo asegurar la soberanía española en esos territorios en la época de los piratas y corsarios y de las aspiraciones coloniales de las grandes potencias. Y también, que una buena parte de la Patagonia Argentina esta poblada por chilotes, desde hace varias generaciones.

Pero los chilotes no están todavía allí: el verdadero problema de los habitantes de las islas con raíz chilota (hoy existe en la Isla Grande una importante población de origen no chilote) no es tanto, hoy por hoy, el reconocimiento político de una especificidad territorial, sino el de saber qué va a pasar con su ethos cultural, lo que significa, ¿qué hacer con la tradición cultural?,o de otra manera, ¿cómo confortar una identidad cuestionada por el desarrollo del sector moderno empresarial venido desde afuera?

Una identidad nunca verdaderamente estudiada

¿Qué respuesta dar a la agresividad de los procesos de supuesta modernización, que no sea solamente el rechazo? A todas luces, estas preocupaciones corresponden a una constatación: que los referentes identitarios heredados están en retroceso.

El particularismo cultural de Chiloé, así como la vigencia de una identidad chilota, no no ha sido tratado en su complejidad psico-social y tampoco en su expresión política. A propósito de la llamada identidad chilota, el tratamiento se ha centrado en algunos de sus elementos componentes, por ejemplo en la mitología, en la religiosidad, en la expresión musical, o en otros casos en la materialidad de sus expresiones, como por ejemplo en su patrimonio arquitectural y más ampliamente en lo que se ha denominado la “cultura de la madera”, en lo que Munizaga ha considerado como una “cultura del mar” que tomo forma principalmente en las islas orientales, o en la llamada “cultura de la papa”. Hay que agregar a esta segmentación de los factores formadores de identidad, todas las diferenciaciones locales que puede sufrir un mismo sistema de referencias.

El tema de los comportamientos del chilote frente a los “Otros”, frente al santiaguino, frente al sistema político o frente a las instituciones del gobierno ha sido abordado fragmentariamente por la novelística, a veces también por algún observador, pero no hay análisis integradores provenientes de las ciencias sociales.
Y, sin embargo, es sobre la complejidad del comportamiento identitario chilote que va a jugarse la suerte de los patrimonios culturales del archipiélago y la posibilidad

Entonces, el tema de los comportamientos identitarios chilotes esta casi virgen para los investigadores, sobre todo en lo que tiene que ver con la transición a la modernidad.

Su abordaje supone definir un método que tenga en cuenta los antecedentes lejanos, pero también el contexto contemporáneo, las tensiones creadas por el desarrollo empresarial, las corrientes ideológicas en pugna, etc.

Puede decirse que en relación al futuro, el proyectado puente sobre el canal de Chacao adquiere el carácter de un prueba de como los actores chilotes van a posicionarse frente a la estrategia puertomontina. Tienen dos opciones: afrontarla negativamente o coger la oportunidad asociándose a ella. Su gran fortaleza para esta segunda alternativa siendo la riqueza de su patrimonio cultural. La interrogación que los actores chilotes deberían contestar tiene entonces que ver con las posibilidades de fundar sobre su propio patrimonio socio-histórico un desarrollo de actividades "modernas", productivas y de servicios, orientadas hacia las nuevas clientelas, en el caso que nos ocupa las clientelas del turismo internacional.

Sobre ellos recae la responsabilidad de una toma de conciencia colectiva de que Chiloé, paralelamente a la llegada de sectores modernos de la economía que no forman parte de la tradición (salmón principalmente), puede y debería desarrollarse también en función de su propia identidad cultural.

Por desgracia, ha habido y hay muy poco debate sobre esta cuestión crucial.

Buscando desarrollos sin rupturas

Históricamente, las iniciativas de desarrollo en Chiloé aparecen en su mayor parte como operaciones venidas de afuera que no se integran en una estrategia de conjunto del archipiélago y, peor aún, sus impactos chocan y erosionan de manera a veces brutal el viejo tejido social y cultural. Esto que decimos esta íntimamente unido al hecho de que, forzosamente en el curso del desarrollo, las nuevas actividades económicas así como las nuevas modalidades del trabajo, generan otros tipos de relaciones sociales como así también simbolizaciones ritualísticas de aquéllas, creándose un proceso de confrontación y de substitución, sino total, al menos parcial.

Para un desarrollo sin “ruptura” no hay otra manera de ver o hacer las cosas que pasando necesariamente por la "mediación" de la cultura chilota.

El chilote trabaja en función de lo que posee y lo que considera, confortando así su ethos personal y su existencia material. Conviene recordar, sin embargo, que tales principios han sido propios de una lógica campesina de reproducción de la sociedad chilota que funcionó relativamente bien varios siglos pero que hoy, cuando la sociedad esta ampliamente urbanizada, ya no tienen la misma eficacia. Un proyecto estratégico consistente en modernizar y hacer mas rentable el sistema económico chilote tradicional, adaptándolo a las nuevas características y exigencias de los mercados entre cuyos principios están la oportunidad, la competitividad, la calidad y la oportunidad, no puede sino fundarse sobre una ruptura con los ritmos de vida y de actividad típicamente rurales.

Más allá de las limitaciones creadas por la debilidad o ausencia de consensos –no hay que creer que una cierta homogeneidad cultural es prueba de aptitud consensual- entre las personas, o entre grupos de afinidad o personas con los mismos intereses, hay un rasgo que es sobresaliente entre los chilotes: el pensamiento estratégico, o la idea de proyecto social modernizante, tienen poco espacio en los espíritus, o en todo caso es algo que avanza con gran lentitud: las visiones y vivencias campesinas siguen ritmando el comportamiento de importantes capas de la población urbana. La emergencia de una asociatividad moderna, susceptible de crear los encadenamientos entre factores y actores del desarrollo dependerá entonces de la ayuda desde el exterior que puede ser prestada por las instituciones públicas, por la cooperación internacional o por las ONGs.

Pero ¿es que no hay allí también un lugar para los especialistas de las ciencias sociales?

A modo de conclusión: crear escenarios realizables

La perspectiva en que estamos nos lleva a retornar a la responsabilidad de las ciencias sociales en el desarrollo territorial, así como la responsabilidad de la política publica. Para los “cientistas” sociales el tema consiste en poder participar en los procesos de aprendizaje con vista al desarrollo localizado, yo acostumbro a decir a promover una cultura de la estrategia entre poblaciones que han vivido y siguen todavía funcionando con lógicas de reproducción que corresponden mas a la llamada economía “moral” que a la economía de mercado.

A propósito de este debate, las cosas parecen en efecto dar vueltas en redondo, mientras el tiempo pasa, esperando tal vez que la mundialización sea contenida como si alguien tuviera la varita mágica para detenerla, mientras que todo indica que ella puede apenas ser dominada en sus expresiones mas brutales. Mientras el debate continua, se olvida que muchos actores operando con lógicas o paradigmas antiguos no logran subir al tren en marcha.

En síntesis, el desafío consiste, a mi juicio, en favorecer en los medios marcados por la tradición, la emergencia de una suerte de cultura de la estrategia, en la cual el aprendizaje indispensable para el desarrollo local aparece como prioritario. Este aprendizaje no debería ser entendido como un simple almacenaje de información y conocimientos del lado de los actores, ni tampoco como una multiplicación de acciones mas o menos rutinarias; sino como la adquisición de una capacidad para hacerse conjeturas sobre el futuro, para “atar” cabos sueltos, para manejar y reelaborar los conceptos y para su puesta en común, es decir para crear escenarios realizables.

21:54:57

Memoria del futuro

Investigar, recuperar y comunicar la historia de las sociedades 'olvidadas', de las culturas orales y las realidades minorizadas, puede ser una herramienta para el desarrollo.

Analizar si el traspaso de la oralidad a la virtualidad es el camino más eficiente entre los dos tiempos –el de antes y el de mañana- es el "leit motive" de la MEMORIA DEL FUTURO.

La autora

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