Detrás de nosotros estamos ustedes
Comandanta Ramona fue una de las únicas dos mujeres que integraron el Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Desde 1994, la revolucionaria padecía una enfermedad renal. En 1995 le hicieron el transplante de un riñón y con eso le robó 10 años a la muerte. Pero la muerte la encontró justo cuando estaban ya cambiando los nombres. Subcomandante Marcos es ahora el Delegado Zero. La lucha zapatista es ahora La Otra Campaña. ¿Quién recordará a Ramona? Lo hará la designación autobiográfica colectiva por la que luchan los chiapanecos.
Entre los escombros del olvido...
Ramona era una de las dos mujeres, junto con la comandanta Esther, que integraban el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), del EZLN. Construyeron comunidad por comunidad, en el estado de Chiapas, la Ley Revolucionaria de las Mujeres, y juntas lucharon por la defensa de los derechos de las mujeres indígenas. Y cuando comenzaron las acciones revolucionarias, presentó un extenso pliego de demandas en materia de igualdad, justicia, salud, educación y vivienda. Dijo Marcos, Delegado Zero, que “muchos la recordarán con un rifle colgado al hombro y usando pasamontañas”, una imagen de lucha por la paz. Porque no siempre, fighting for peace is like fucking for virginity. Mal nos pese.
…la fuerza autobiográfica
Una vez hablé con un hombre chiapaneco. Me lo encontré, meses ha, en una comunidad fronteriza entre Guatemala y México. Él había cruzado el río para visitar a su familia, mitad chapina, mitad chiapaneca, que son cosas de las guerras, de cuando se desplaza población, de cuando una desplazada y un ‘acogedor’ se unen, en amor y entonces nacen estas familias de mitad y mitad, y unión, al fin.
Decía que una vez hablé con un chiapaneco. Nos encontramos y empezamos a conversar. Él se presentó con nombre y apellidos. Yo igual. “Mònica Ramoneda”, dije, y ya no pude decir el segundo apellido; el hombre estalló en sonrisa y jugó a las palabras: “Ramoneda, ¿vos sabés de Ramona?”. Me narró la historia de la Comandanta y hasta llegó a alzarse majestuosamente para ‘retransmitir’ el discurso de la líder zapatista del 12 de octubre del ’96 en DF. “Queremos un México donde todos tengamos un lugar digno y queremos un diálogo donde nuestra palabra sea una palabra más en muchas palabras y nuestro corazón sea un corazón más dentro de muchos corazones”; me acuerdo que dijo. Y recuerdo que me dije que yo, aquello, lo iba a recordar tal cual y sin esfuerzo memorístico de mayor tamaño que el de evocar en mi memoria aquel momento; un atardecer en la selva lacandona. No sabría explicar el por qué de eso, ¿Por qué sabía que iba a recordar aquél párrafo de discurso y, en cambio, ahora, no recuerdo dónde he dejado mis gafas?
Quizás porque la fuerza histórica que llevaban consigo aquellas palabras superan cualquier fuerza que puedan tener mis gafas. Y eso que las tengo que encontrar a la fuerza, que no veo tres en un burro, sin ellas… De las palabras de historia sale la memoria, que recoge de entre los escombros del olvido la fuerza biográfica de una lucha global.
La biografía colectiva de los sin voz
Angel Mota, en su artículo El testimonio de las comunidades zapatistas, reflexiona sobre cómo colectivos tradicionalmente excluidos crean la representación de la propia identidad. ¿El ejemplo? El movimiento zapatista; el movimiento que generó la red mundial de los sin voz.
Paso a paso, Mota analiza la historia zapatista, que es lo mismo que analizar cómo, a partir de la AUTObiografía, se representa al Otro.
Desde el primer día de lucha zapatista, el 1 de enero de 1994, los comunicados de Marcos fueron enviados por fax a estudiantes para hacerse escuchar y para difundir la información. Los comunicados, del papel pasaron a ser transcritos para Internet y así se enviaron a periódicos y organizaciones varias, a nivel nacional y sobre todo internacional. “Gracias a los sistemas de comunicación – escribe Mota- la comunidad internacional creyó más la versión de los rebeldes y en este sentido por medio de la tecnología, de Internet se creó una red de apoyo y sobre todo un espacio indeleble donde los indígenas podían comunicar; testimoniar lo verdaderamente ocurrido hacia el exterior de sus comunidades”.
Aparece entonces la importancia del Testimonio; así, escrito en mayúsculas. A partir de la voz de los testimonios - vehiculada por la Red, leída en todo el mundo- “La lucha zapatista además de conseguir un apoyo externo, de poder expresarse sin la mediación y distorsión de las instancias mediáticas gubernamentales, llega a constituirse como una lucha Global, Interplanetaria”. La identidad zapatista, su constitución misma se convierte también en mundial.
El ‘nosotros’ zapatista es un ‘nosotros’ global. En 1996, año del primer encuentro contra el neoliberalismo, los zapatistas declaran que en su movimiento, la identidad que se representa no es sólo mexicana sino mundial.
Lo dijo Marcos: “El zapatismo armado que nace en 1994 empieza a convertirse en algo nuevo a la hora que encuentra al zapatismo civil en México y en el resto del mundo, gente que piensa como nosotros, que lucha por lo mismo pero que no está armada ni tiene un pasamontañas, pero que es igual que nosotros y de una u otra forma consideramos que comparte con nosotros el lugar del balcón que significa estar detrás del pasamontañas”
Y lo escribió la mayor Ana María: “Detrás de nuestro rostro negro, detrás de nuestra voz armada, detrás de nuestro innombrable nombre, detrás de los nosotros que ustedes ven, detrás estamos ustedes, detrás estamos los mismos hombres y mujeres simples y ordinarios que se repiten en todas las razas, se pintan de todos los colores, se hablan en todas las lenguas y se viven en todos los lugares. Somos los mismos ustedes. Detrás de nosotros estamos ustedes”.
Nació la Agencia Internacional de Prensa Indígena
04.10.2005: la Red-AIPIN inicia su puesta en marcha. Se trata de la Agencia Internacional de Prensa Indígena, nacida de las conclusiones del Seminario Internacional celebrado en la ciudad de México el mes de agosto del pasado 2005 y en el que participaron periodistas y comunicadores de todo el continente. Nace, en definitiva, del ‘Acuerdo de cooperación y de unidad en la diversidad para la comunicación indígena’
¿Los propósitos de este nuevo medio? Dar voz a los pueblos indígenas del continente, “a través de la difusión de la información que a los mismos competa”; fortalecer el desarrollo de los pueblos; impulsar la creación de una opinión pública, “con base en el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación y los medios convencionales a su alcance”, y ser un espacio de defensa de los periodistas de pueblos originarios ante los tribunales y gobiernos, “frente a cualquier tipo de agresión de que sean objeto”.
Un importante objetivo colateral de esta Red es el de impulsar convenios con instituciones de educación, medios de comunicación y otras instancias para la formulación de diplomados de formación, actualización y profesionalización de periodistas indígenas. Objetivo colateral que, como los ‘daños colaterales’, es tanto o más importante que el resto.
Desde el pasado 4 de octubre los integrantes de la Red-AIPIN se están interconectando a través del servicio de Yahoo Groups. Así que de momento, y llenos de propósitos, restamos a la espera de que la Red aparezca ya con su propia página web. Luego, la Red buscará constituirse en un portal interactivo al servicio de todos los comunicadores indígenas. Y es que periodistas y comunicadores indígenas serán los integrantes de la Red-AIPIN. Su trabajo estará orientado a hacer de ella un espacio virtual para la difusión e intercambio de información referente a los pueblos indígenas del Continente, en el que confluyen periodistas, comunicadores, organizaciones, instituciones y todo aquel profesional de la comunicación indígena; sin que esto signifique necesariamente ser integrante de la Agencia Internacional de Prensa India (AIPIN), que es la otra cara de la moneda, es la organización que representará a la Red-AIPIN a nivel internacional y ante universidades, medios de comunicación y pueblos indígenas, que trabajan o se encuentran involucrados en el mundo de las TIC.
Así, repetimos la pregunta: ¿Quién recordará a Comandanta Ramona? Lo hará la designación autobiográfica colectiva por la que luchan los chiapanecos, con la ayuda, esperamos, de Red-AIPIN.
(*) Artículo inspirado en el texto 'El testimonio de las comunidades zapatistas; la designación autobiográfica colectiva', escrito por Angel Mota, del grupo de investigación Recyclage Culturels